Aprender a enfrentar la vida sin retroceder
En artículos anteriores hemos visto cómo una persona en recuperación puede superar los antojos que hacen que los intentos de una persona de mantenerse sobrios sean tan difíciles. También describimos los ejercicios en el programa de rehabilitación de drogas de Narconon que gradualmente permiten que cada persona deje atrás el pasado doloroso y traumático y se mueva hacia un nuevo futuro brillante.
Ahora examinaremos las otras barreras a la sobriedad duradera que necesitan ser tratadas para prevenir la recaída.
La incapacidad para enfrentar
Seamos realistas, la vida tiene sus momentos difíciles. Alguien te interrumpe en el tráfico, toma tu lugar de estacionamiento, te despide de un trabajo cuando te esforzaste más o rompe tu corazón. Cuando las frustraciones se vuelven demasiado intensas, una persona en recuperación simplemente puede dejar de pensar y busca ese viejo consuelo, su droga de elección. Puede ser tan automático que puede tener la droga en la mano antes de que incluso sepa lo que pasó.
La prevención de la recaída por esta causa requiere una capacidad mucho más fuerte para enfrentar lo que está pasando. Si un individuo se siente incapaz de lidiar con éxito con los retos o comunicarse con una persona enojada o molesta, puede ser golpeado gravemente por la vida.
La habilidad que necesita se enseña en la primera sección de los Objetivos. Al comienzo de este paso, cada persona aprende la teoría de la comunicación efectiva y descubre cómo esta habilidad por sí sola puede permitir a una persona superar este tipo de desafío. Luego la teoría se pone a trabajar en una serie de ejercicios prácticos que fortalecen a cada persona. No sólo la persona se vuelve mejor en el uso de la comunicación en la vida cotidiana, sino que también gana una mejor capacidad para enfrentar los cambios, las dificultades y la adversidad. Esta capacidad protege su sobriedad duradera.
Susceptibilidad a situaciones externas
Cualquier persona que trabaja en la rehabilitación sabe que los desencadenantes son un reto importante para cada persona en la recuperación.
Por desencadenante queremos decir situaciones del entorno directo o indirecto de la persona que pueden ser “situaciones de riesgo” por ejemplo si la persona normalmente consumía en conciertos y la persona va a un concierto sin estar tan seguro y con pleno control sobre las situaciones, esto podría ser un desencadenante para probablemente consumir nuevamente.
Hay todo tipo de técnicas para probarse a sí mismo contra los desencadenantes o cómo resolver para evitarlos completamente. Es mucho mejor cuando una persona es lo suficientemente fuerte para ver el gatillo y no le es necesario esconderse de el. Entonces él es menos capaz de ser sorprendido o anonadado por un encuentro repentino.
Este es otro momento en el que la capacidad fundamental de confrontar viene a jugar. Esas habilidades de comunicación mejoradas dan a cada persona más resistencia a los desencadenantes, así como una mayor capacidad para hacer frente a todo tipo de comunicación, amigable y hostil.
Lo que sigue al entrenamiento en comunicación es una serie de ejercicios diseñados para sacar la atención de una persona del pasado y hacia el mundo que lo rodea. El trauma, el dolor, el dolor, el enojo, la culpa, todos están arraigados en el pasado. A medida que estos ejercicios se completan, las cadenas que unen a una persona a dificultades del pasado se aflojan. La atención de cada persona es liberada del pasado y pueden concentrarse en el presente y empezar a pensar en el futuro. Con cada paso adelante, los disparadores tienen menos poder sobre un individuo porque él es simplemente más objetivo sobre su vida.
