¿Que debemos aprender de la muerte de Chester Bennington?
Chester Bennington, líder de la popular banda de rock alternativo Linkin Park, se quitó la vida este jueves 20 de Julio del 2017. Su cuerpo fue encontrado con muestras de ahorcamiento.
El cantante de Linkin Park decidió suicidarse el día en que Chris Cornell, vocalista de Soundgarden, hubiera cumplido 53 años a dos meses de que el decidiera suicidarse de la misma manera; por ahorcamiento. Las autoridades están tratando esto como un posible suicidio y las señales indican que esto es muy posible. Ambos hombres (Chris Cornell y Chester) ahora forman parte de una larga lista de muerte prematura en la industria musical.
Linkin Park fue una banda de rock que revoluciono en una era donde la música pop reinaba con bandas de chicos y este grupo llego a romper el genero con un sonido diferente con una mezcla de angustia, emoción y talento que no se estaba mostrando en ese momento.
La voz melódica y con tintes graves y robustos de Chester ayudo a posicionar la banda con clásicos del rock moderno como "In the End", "Numb" y "What I've Done".
¿Qué debemos aprender de la muerte prematura de personajes iconos de la música como Chris Cornell o Chester Bennington?
Algo que nadie puede negar es que la música fue un escape para Chester. Su voz mostraba un dolor innegable. Bennington era abierto con su historia de abuso y la lucha contra su adicción a las drogas y el alcohol. Un ejemplo de su escape a través de la música es la canción “Dead by sunrise” en la que según dijo en una entrevista en el 2009 al sitio web noisecreep.com hablaba literalmente en como el alcohol y las drogas le “han ayudado” debido a que a lo largo de su vida habían entumecido por así decirlo sus emociones y eso lo ayudaba a poder expulsar su sufrimiento a través de letras crudas en su música.
Otro ejemplo de esto es la canción “Crawling”, habla acerca de su falta de control ’El miedo me hace caer confundiendo lo que es real. Hay algo dentro de mi que jala bajo la superficie… consumiendo… confundiendo. Esta falta de autocontrol temo que nunca acaba… controlando, no parezco hallarme otra vez, se cierran mis salidas’. En su momento Chester Bennington hablo acerca de esta canción de como esas palabras lo ayudaron a ganar un Grammy y hacer mucho dinero. Comento que no creería posible inspirarse en alguien mas para escribir una canción si eso no lo estuviera viviendo en carne propia. Esta clase de sentimientos son tristemente parecidos en muchos artistas que luchan contra la depresión, el dolor, adicciones y esa batalla los ayuda a ser algo espectacular pero ¿a costa de que?.
Soy un gran fanatico de la musica y cuando pienso en artistas como Kurt Cobain, Janis Joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Amy Winehouse, Brian Jones, entre muchos otros no puedo evitar preguntarme ¿el precio de ser tan grandes es su propia vida? ¿Tienes que sufrir para crear tu arte? ¿necesitas sentir un dolor tan grande para crear algo maravilloso?
Claro, el dolor y la angustia crean gran música o al menos eso hemos visto a lo largo de la historia. Pero considerando los fenomenales artistas que hemos perdido en los últimos años porque se han suicidado por sus demonios internos, es hora de priorizar la salud mental verdadera sobre la catarsis esporádica de barras y de acordes.
Si haces una elección para no sufrir por tu arte, ¿puedes seguir siendo un gran artista? La respuesta es sí. Cuando Adele lanzó su álbum "25" admitió que ya no usaría la depresión para crear. Cuando Mary J. Blige fue criticada por "estar feliz" comento acerca de sus fans que "Algunos de ellos (fans) están enojados conmigo por hacer el cambio, pero yo habría muerto allí. Literalmente, estaría enterrada. Afortunadamente, Mary y Adele hicieron el cambio.
Espero que haya una lección que se pueda aprender en las muertes de Chris Cornell y Chester Bennington. Necesitamos apoyar a nuestros artistas para que sean sanos y amados, incluso cuando evolucionan de la tristeza que inspiró nuestras canciones favoritas. Depender del dolor para crear es un camino peligroso. No puedo dejar de preguntarme sobre el brillo sonoro y vocal que, ahora, nunca oiremos más de Chester Bennington.
