¿La marihuana realmente es medicina?
El uso de la marihuana medicinal es un tema que al día de hoy se esta discutiendo en las esferas de gobierno en México, lugares como California, Estados Unidos hace más de veinte años que legalizaron el uso de la marihuana como medicina.
Desde entonces, defensores de la marihuana han estado combatiendo en diferentes partes del mundo para de esta manera tener la legalización de la misma, ellos aseguran beneficios médicos en la marihuana. Seguramente, los votantes querrían que los niños dejen de tener convulsiones, quisieran que los que estaban en quimioterapia tuvieran ganas de comer, querrían que las personas con espasmos musculares fuertes experimentaran alivio.
El problema es que la marihuana carece de muchas de las características de los medicamentos estandarizados y probados que los médicos suelen prescribir. Por lo tanto, se vuelve difícil para un médico recomendar de manera responsable a los pacientes.
Un ejemplo de esto es Florida, por ejemplo, una nueva ley de marihuana medicinal fue aprobada en 2016 y las empresas en el estado se están preparando para ofrecer varios productos de cannabis a los pacientes. Pero los médicos se ven obstaculizados en sus esfuerzos por utilizar la droga. Como se señala en un artículo en la Revista de la Asociación Médica Americana, la droga viene con los siguientes inconvenientes:
1. Los médicos no recibieron capacitación sobre este medicamento cuando estaban en la escuela de medicina.
2. Los educación en diferentes países sobre el uso de marihuana medicinal varía de ninguna a un curso de ocho horas impartido en un día en alguna convención. El único resultado de esto es que aún puede dejar a un médico desprevenido para asesorar a los pacientes sobre su uso.
3. El uso medicinal incluye separar los componentes de esta droga para sacarle los beneficios no usarlo de la forma que comúnmente se conoce, fumada o de manera comestible. Estas ultimas dos formas se encuentran en los dispensarios y tiendas minoristas alrededor de muchos países en todo el mundo y nunca han sido aprobados para uso médico por la Administración de Alimentos y Medicamentos. México podría dirigirse a la misma senda que estos países teniendo una nula regulación sobre la droga y esto es muy factible debido a la pobre manera de gobierno de regular medicamentos.
4. La documentación de los beneficios y los efectos secundarios aun son insuficientes ya que no se tienen pruebas y estudios apropiados.
5. No hay referencias autorizadas sobre la dosis, indicaciones o contraindicaciones, o las que describen la diferencia entre las variedades de cannabis.
6. Muchas instituciones a lo largo del mundo todavía consideran la marihuana como una droga restringida con alto potencial de abuso y sin uso médico aceptado por lo que algunos médicos se preocupan por sus licencias con la DEA para prescribir otros medicamentos controlados como analgésicos.
7. Los productos de cannabis son muy diferentes a los fármacos de las compañías farmacéuticas en que la pureza y la dosificación no están reguladas. Así que un paciente podría comprar un producto que es peligrosamente potente y otro podría obtener uno que era débil e ineficaz.
8. En este momento, faltan directrices claras sobre cómo usar el medicamento de manera segura y eficaz.
Como dijo el Dr. Donald Abrams de la Universidad de California en San Francisco,
“No hay suficiente evidencia para la mayoría de las afirmaciones [sobre la marihuana medicinal]. Si te gusta tener pruebas sobre las cuales basar tus recomendaciones de pacientes, realmente no están disponible. “
Como el opio, hay evidencia de algunos beneficios
Los productos sacados del opio van de dos maneras.
- Algunos se convierten en analgésicos que hacen la vida tolerable para el paciente recién fuera de la cirugía o uno que ha sufrido una lesión.
- Otra gran parte del opio se va a manos ilícitas y se convierte en heroína. El cannabis es similar. Hay pruebas suficientes de algunos beneficios médicos, pero luego la droga también se utiliza de una manera destructiva, adictiva.
En un extenso proyecto de investigación, el Dr. Abrams y sus coautores revisaron más de 10.000 estudios científicos sobre el cannabis para determinar cuáles de ellos eran adecuados para justificar los beneficios médicos del cannabis. Ellos encontraron que la evidencia más fuerte existía para apoyar el tratamiento del dolor crónico y espasmos musculares asociados con esclerosis múltiple y náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia. Pero los defensores de la pro-marihuana enumeran veintitrés enfermedades diferentes que consideran tratables con cannabis. Esa es una discrepancia bastante grande.
¿Cómo es el paciente promedio de marihuana medicinal?
Según una encuesta realizada por investigadores de la Universidad de California Santa Cruz, la mayoría de los californianos que obtuvieron una tarjeta de marihuana medicinal eran varones, blancos, empleados y se quejaban de dolor de espalda o cuello, insomnio o ansiedad. Todas estas condiciones pueden ser difíciles de identificar a una causa específica y puede en algunos pacientes ser simplemente atribuible al estrés. Los adultos jóvenes también han reportado que se quejaron de dolor de espalda o ansiedad sólo para que pudieran tener fácil acceso a la marihuana medicinal con el fin de obtener “permiso” para consumirla.
En el estado de Nueva York, el 96% de los pacientes habían usado marihuana antes de convertirse en pacientes en el sistema de marihuana medicinal. Más del 60% describe el uso diario o casi diario. Alrededor del 40% había usado opiáceos no médicos en algún momento de sus vidas, y casi tantos habían usado alucinógenos o cocaína.
No es ningún secreto que es fácil jugar el sistema de marihuana medicinal y obtener el medicamento por razones que no tienen nada que ver con una enfermedad diagnosticable. Incluso Forbes llevó la historia de un joven en San Francisco que fue capaz de obtener un diagnóstico después de una conversación en línea con un médico y luego recibir una entrega de su marihuana medicinal minutos después. Dentro de una hora, sin salir de casa, el tenía sus drogas.
Nora Volkow del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas ofrece un punto de vista razonado sobre este tema.
“A medida que crece la aprobación pública de la marihuana medicinal, debemos asegurarnos de que nuestras decisiones políticas estén basadas en la ciencia y no influenciadas por las afirmaciones entusiastas que se hacen ampliamente en los medios de comunicación o en Internet. Necesitamos apoyar y alentar una mayor investigación sobre los potenciales beneficios de la marihuana y llevar a cabo una investigación intensiva sobre el sistema cannabinoide para informar el desarrollo de medicamentos seguros y aprobables por la FDA. Pero la ciencia existente sobre los efectos adversos de la marihuana en la juventud exige que también procedamos con cautela al hacer cambios en las políticas que podrían resultar en un mayor uso o exposición a la marihuana por parte de los jóvenes“.
Es de esperar que los próximos años nos lleven a un sistema en el que los componentes beneficiosos del cannabis puedan utilizarse para disminuir el sufrimiento de la misma manera que el opio proporciona en última instancia analgésicos para aliviar el dolor intolerable. Pero sin sus efectos intoxicantes y sin enviar un mensaje a nuestra juventud que el uso de esta droga está sin riesgos.
