¿Por qué es tan difícil ayudar a un familiar adicto?

Alcoholismo familiar

De conformidad a la Organización Mundial de la Salud (OMS), adicción se define como “el consumo repetido de una o varias sustancias psicoactivas, hasta el punto en que el consumidor se intoxica periódicamente o de forma continua, muestra un deseo compulsivo de consumir la sustancia (o las sustancias) preferida, tiene una enorme dificultad para interrumpir voluntariamente o modificar el consumo de la sustancia y se muestra decidido a obtener sustancias psicoactivas por cualquier medio”.

En este sentido, la OMS define la dependencia a una substancia psicoactiva como, la necesidad de consumir dosis repetidas de la droga para encontrarse bien o para no sentirse mal.

Cuando en una familia comienza la sospecha de que un ser querido tiene un problema de adicción y dependencia de substancias psicoactivas, lo más recomendable es detectar los siguientes indicadores fisiológicos y de comportamiento:

Señales físicas

  • Somnolencia, ojeras, ojos enrojecidos, pupilas dilatadas, sudoración, mucosidad, entre otros.
  • Desinterés por la higiene e imagen personal.
  • Pérdida o aumento de apetito.
  • Horarios irregulares de sueño.
  • Pérdida de peso.
  • Dificultades al caminar o hablar.
  • Cambios emocionales repentinos con frecuencia.

Características de cambio de comportamiento

  • Deterioro de las relaciones sociales.
  • Dificultades, ausentismo, bajo rendimiento escolar o laboral.
  • Desinterés por actividades habituales.
  • Actividades secretas o poco usuales.
  • Cambio de grupo social.
  • Pérdida inexplicable de dinero.
  • Uso excesivo de goma de mascar, pastillas para mejorar el aliento, así como de colonia o loción.
  • Uso de lentes obscuros, incluso en lugares cerrados.
  • Crisis de pánico o delirios de persecución.
  • Agotamiento crónico.

Una vez detectados estos indicadores, la pregunta es ¿Por dónde empezar?

Cuando en una familia aparece un problema de esta naturaleza se vuelve una situación realmente difícil de manejar. A pesar de la apertura actual sobre diversos temas, el aspecto de la adicción sigue representando un tabú derivado de las etiquetas sociales. Aunado a todos estos prejuicios está la renuencia del ser querido para hacer algo al respecto.

Lo primero es entender el problema, la familia juega un papel crucial y deberá estar informada para realizar una estrategia conjunta que logre que la persona desee hacer un cambio en su vida. No se le puede obligar a nadie a cambiar, debe ser una decisión personal. Por lo tanto, lo aconsejable es no fijar la atención en el consumo y evitar una recriminación acerca de lo mal que está por su condición.

El inicio del consumo es emocional, por lo general, existe alguna situación que la persona está experimentando y no está siendo capaz de enfrentar. No siempre tienen que ser situaciones caóticas, pueden ser cosas simples a los ojos de los demás, pero para la persona que lo vive son difíciles de confrontar. Timidez, dolor físico y/o emocional, sentimiento de pertenencia, aburrimiento, energía, pérdida de peso o una situación de vida realmente difícil.

Por lo tanto, las drogas proporcionaron una respuesta a esa condición indeseada, por ejemplo:

  • Si la persona es tímida y siente que no puede establecer relaciones personales adecuadas. De pronto se da cuenta de que, con alcohol, cocaína o éxtasis, se siente desinhibida para socializar.
  • Si la persona es ansiosa, se desespera y además se le ha dicho que es hiperactiva. Quizá encuentre que la marihuana un estado de bienestar, toda vez que la hace sentir tranquila, apacible e incluso puede conciliar el sueño.
  • Si la persona busca rendir jornadas completas en el trabajo o quizá quiera bajar de peso, puede ver en las metanfetaminas y sus derivados como el cristal una solución.

Todas las campañas de prevención de drogas y alcohol, hablan sobre los riesgos y consecuencias, indicando particularmente que son malas, que matan, causan daño y que destrozan familias y economías. La realidad es que cuando una persona inicia un consumo, puede en mayor o menor medida seguir siendo funcional y creer que esta información es exagerada, puesto que ha encontrado una solución a sus problemas.

Sin embargo, con el paso del tiempo las drogas se vuelven un problema a nivel mental, físico y emocional por ser sustancias químicas de uso externo que atoran el pensamiento de cualquier incidente cuando se está bajo el efecto de la droga.

Cuando la persona no está en sus cinco sentidos la realidad se altera y eso que vive bajo el efecto de la droga, queda registrado en el subconsciente. Todos resolvemos la vida en relación con lo que pensamos y la manera en que tomamos decisiones va de acuerdo con lo que está grabado a nivel mental.

Cuando el individuo que ha consumido drogas quiere resolver alguna situación y lo hace con estos pensamientos alterados o distorsionados, muy probablemente estas decisiones sean equivocadas y eso traerá más problemas. Sin embargo, desde el punto de vista de la persona eso es lo correcto porque esa es su forma de ver la vida y se creará nuevas ideas acerca de la incomprensión, falta de entendimiento, mala comunicación, aislamiento, e incluso, violencia. Desde luego la familia no lo ve así y la persona es ahora un problema para él mismo y para los demás.

alcoholico

Este escenario se convierte en la justificación perfecta para seguir consumiendo y no parar, en consecuencia, se comenten más y más errores y el declive emocional es inminente. ¿Qué hace una persona que se siente mal emocionalmente? ¿Qué es lo que le ha ayudado en el pasado para sentirse mejor? La única respuesta son las drogas. Aquí comienza una espiral descendente, es decir, un círculo que ya no puede romper.

Conforme pasa el tiempo y el individuo sigue en consumo, el organismo va generando dependencia física porque las toxinas quedaron atoradas en el tejido graso sin poderlas eliminar de forma natural. Por ende, la persona verdaderamente siente que no puede parar su consumo, a pesar de que la razón le indique no hacerlo. En este avance de adicción el consumidor puede ser capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir el objeto deseado, por ejemplo:

  • Gastar el sueldo para consumo.
  • Vender o empeñar pertenencias o enseres de la casa sin autorización.
  • Mentir para obtener dinero.
  • Delinquir.

Para este momento la familia ya detectó gran parte de los indicadores relacionados con el uso y abuso de substancias, asimismo, probablemente haya intentado varias acciones sin éxito para manejar la situación. Una de las primeras opciones es internar al adicto de forma coercitiva y, a pesar de que esté en el mejor sitio para recibir una rehabilitación, la probabilidad de que recaiga es alta por no haber sido una decisión propia.

En Narconon estamos capacitados para proporcionar estrategias funcionales que involucran a la familia para que la persona comprenda que tiene un problema, así como hacerle saber que existe una buena solución para terminar con la adicción.

Narconon México lleva más de dos décadas ayudando a cientos de personas que se creían atrapadas en las garras de las adicciones y ahora viven felices, estables, responsables y completamente libres de adicciones.



Fuentes:

1.- Adicción en jóvenes se asocia con problemas emocionales. Comunicación Social de la Secretaría de Salud, 26 de julio Del 2017.

2.- La inteligencia emocional como estrategia de prevención de las adicciones. Heath and Addictions.

3.- Cuerpo Limpio, Mente Clara. L. Ronald Hubbard

4.- Glosario de términos de alcohol y drogas de la Organización Mundial de la Salud.

5.- Señales de consumo de Drogas. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)


AUTOR

Hazel

Secretario de Diseminación Narconon México

NARCONON MÉXICO

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS