¡Llegue a Narconon Mexico el 6 de mayo y aquí he transformado mi vida!
Hola mi nombre es Omar y esta es mi historia
Soy originario de Huichapan, Hidalgo, nací el 9 de julio de 1977 soy el menor de 4 hermanos, todos somos lo mejor de la unión de 2 familias, la familia Moreno Elias y Familia Olguín Salinas, Don Tavo y Doña Toña “Los Toños” una familia muy trabajadora, antes de mi adicción fui un niño muy querido por todos “Omarcito”, mimoso ratón, así me decían en las canchas y las calles eran mi patio de recreo, siempre autónomo para irme a la escuela, desde el kínder me iba solo, no se diga la primaria y la secundaria. Ahí en la secundaria conocí el cigarro a la edad de 14 años, fume poco, no fue lo mío, en ese entonces jugaba en las canchas, me gustaba el béisbol, ahí con la competencia conocí el alcohol, yo tenía 17 años.
Ahí comenzó mi experiencia, en una ocasión con mis tíos probé ron bacardi solera, cuando iba a jugar beisbol la cerveza reinaba y en el básquet el bacardi blanco, recuerdo que a los 17 años entre a mi primera cantina en mi pueblo “Bar Maqueda” cuando entre se me quedaron viendo porque yo era muy joven para ese tipo de lugares, recuerdo la primera cuba que tome ahí, ron Bacardi solera me supo a gloria y ahí quede enganchado con ese tipo de ambiente de cantinas y luego pase a bares.
Me case a los 18 años con el amor de mi vida, Erika, procreando 3 hermosos hijos, Jose Maria, Maria Fernanda y Monserrat a quienes amo con todo mi vida, pero las canchas, campos, y cantinas se fueron apoderando de mi día a día, en un principio mi familia no se oponía con la bebida y el juego era algo normal nunca dejaba de trabajar aunque sea crudo o desvelado, yo no dimensionaba lo que se me acercaba peligrosamente; el alcoholismo. Las cantinas fueron, el día a día se me volvió una obsesión. A la edad de 22 años, tenía una rutina, tomar 3 copas y salir a trabajar, después de unas horas regresaba por otra ronda, cerraba el negocio y otra vez, esta se volvió una forma de vivir muy torpe, la familia todavía no se molestaba, en ese entonces yo sentía que hacía bien las cosas, no faltaban “los amigos”, cuando me juntaba con ellos, ahí si me ponía hasta las chanclas, siempre buscando un pretexto para beber, si no había alguna fiesta yo la organizaba para poder tener un pretexto para beber. En algún momento llegué a ser la manzana de la discordia, organizar algo con tal de beber, celebrar alegría, euforia, tristeza, por cualquier motivo era importante para poder beber, en este tiempo mi familia se fue a vivir a Querétaro y yo me quede en Huichapan, esta situación agudizo aún más mi consumo.
El tiempo siguió su marcha y llego el día más triste de mi vida, la muerte de mi hijo mayor Jose Maria, no lo supe procesar, la única manera que yo conocía para enfrentar una situación así y todas que se me presentaban era bebiendo alcohol, el deterioro fue apareciendo, comencé a tener lagunas mentales: ¿Que hice ayer?, ¿cómo llegue? ¿A poco dije eso? Eso me causaba mucha vergüenza, mi familia ya empezaba a disgustarse y comencé a ofrecer las frases que a mi familia le hacía creer que yo podía cambiar: discúlpame, perdóname, no lo vuelvo hacer, estas frases ya eran cotidianas, llegar hasta las lágrimas, prometer, jurar una y otra vez y no poder cumplirlo, mi vida ya era un infierno solo podía ver la tristeza en la cara de mi familia.
Pero a pesar de esto no podía dejar de beber, yo mismo sentía que tenía que bajarle, me ponía retos para no beber durante una semana o proponerme beber solo los fines de semana o cada 15 días, solo planificaba beber menos para según yo tener menos problemas. Buscaba ayuda para ver si como podía beber menos, una pastilla, una fórmula mágica, algo, pero no encontré nada que produjera un efecto positivo. La necesidad de beber, la intolerancia, la apatía, el desinterés ya era mi nueva personalidad. Despertaba triste de ver como había ido destruyendo mi vida, y con esa tristeza ir a curarme la cruda porque mi cuerpo no soportaba pasarla sin alcohol. Mis borracheras se extendieron, ahora eran de dos días, se convirtieron en una nueva forma de vivir, descuidando aún más mi cuerpo, mi negocio y lo más importante a mi familia. A consecuencia de esta vida sufrí de gota (ácido úrico) por exceso de alcohol, esto causo que mi negocio decayera aún más y desde luego que mi relación familiar sufrió una gran fractura.
Consumía y con poco ya me emborrachaba, las lagunas mentales eran más frecuentes, me volví muy inconsciente, manejaba borracho, ya sea motocicleta o camioneta tentando a la muerte. Desgraciadamente otra perdida muy importante en mi vida se vuelve aparecer, el fallecimiento de mi hermano Pablo y la única forma que yo usaba para enfrentar mis problemas era el alcohol, más alcohol en mi vida, más problemas, más perdidas, en consecuencia, más alcohol en mi vida, más problemas familiares, estaba en espiral descendente, mi esposa ya no soportaba esta situación y yo encarcelado con este tormento intentaba buscar ayuda, alguna pastilla milagrosa, pero nunca la encontré, entonces el 16 de febrero después de una borrachera desperté, hice mi maleta para buscar una solución radical, internarme.
Sin avisarle a mi familia me fui a Tizayuca por 2 meses y el día menos pensado llego mi esposa Erika, un amigo Mariano Aranda y su esposa Flor junto con ellos Marisela, me ofrecieron ayuda para internarme en Narconon México; tome la decisión más importante de mi vida, llegue a Narconon Mexico el 6 de mayo y aquí he transformado mi vida.
La desintoxicación fue dura porque tuve un esguince de tobillo derecho y problemas con el ácido úrico, pero pase a través y al terminar fue un cambio tan bueno que mi pensamiento tenía una nueva perspectiva de vida, al terminar la desintoxicación, sufrí la perdida de la muerte de mi madre, fue muy doloroso, pero definitivamente pude enfrentarlo de una manera distinta, la desintoxicación me ayudó muchísimo a enfrentar este momento en ningún momento tuve ansiedad, desesperación o antojo por consumir, esta fue una prueba que logre superar y ahí me di cuenta de la efectividad que tenía este programa y !solo había desintoxicado mi cuerpo!. ¡Que era el primer paso, faltaba todo lo demás!
Al hacer el siguiente curso de Objetivos, UFF!!! que experiencia, el estar en tiempo presente, vista más clara, mejor comunicación, no invalidar, no evaluar, recuperar la habilidad para tener intención sin reserva, es decir lograr lo que me proponga, este curso fue un parte aguas en mi vida.
Con el curso de altibajos logré alejarme de una persona que me estaba haciendo mucho daño a mí y a mi negocio, una ex empleada con la que tuve la oportunidad de cerrar comunicación y vínculos, hable con ella y después de mucho tiempo, meses de no poder manejar esta situación, lo hice finiquite mi relación laboral con ella y logramos un buen acuerdo, al terminar este ciclo me sentí tan liberado como si se desprendiera algo de mi cuerpo, estaba ahora en causa que los frutos no tardaron en llegar, mi negocio empezó a ir mejor. ¡Justo lo que aprendí en este curso de Cómo manejar altibajos en la vida!!!
Al hacer el Curso de valores donde tuve la oportunidad de responsabilizarme de los actos dañinos que había causado no solo a mí mismo, sino a todas las áreas de mi vida, experimente como mi cuerpo sufrió efectos, en especial mis rodillas, eso fue increíble, logre caminar como lo hacía hace 20 años atrás, Gracias Dios mío!!
Finalmente hice el curso de Condiciones son un motivador para salir y seguir adelante, con un plan de vida estructurado en donde lo que tengo que hacer es simplemente seguirlo, vaya datos que obtuve!!!
“Hoy me siento con más confianza, sueños, afinidad en tiempo presente, con mi mente limpia y un mejor cuerpo con ganas de salir a confrontar todo lo se me presente porque para eso estoy entrenado”…
¡Hoy me siento con más confianza, sueños, afinidad en tiempo presente, con mi mente limpia y un mejor cuerpo con ganas de salir a confrontar todo lo se me presente porque para eso estoy entrenado!!
¡Mil gracias, mil gracias Narconon México!
Omar, Graduado de Narconon México