¿Cómo saber si tu hijo consume drogas?

Narconon Mexico

Ser padre puede ser una tarea complicada en ocasiones. Una de las principales preocupaciones es a pesar del paso de los años, el posible consumo de drogas de sus hijos. Los padres de hoy vivieron el boom de la heroína en los años ochenta, de la cocaína en los noventa, el éxtasis en el 2000 y la constante amenaza de la marihuana. Han visto con sus propios ojos los que les ha pasado a numerosos amigos, familiares y vecinos y quieren evitar a toda costa que eso ocurra dentro de su familia.

Este artículo fue escrito pensando en los padres que quieren permanecer alerta ante la más mínima señal de que alguno de sus hijos comience a coquetear con las drogas, también para aquellos que tal vez no tienen tanta experiencia en el gran problema que es un hijo adicto a las drogas. De está manera podrán tomar cartas en el asunto en cuanto se percaten de los primeros signos de consumo.

Para esto enumeraremos las consecuencias físicas y mentales que tiene en los adolescentes el consumo de drogas, y sabrán captar con rapidez que su hijo o hija está iniciando el consumo de alguna sustancia.

¿Cómo detectar las drogas en nuestros hijos?

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Determinar con exactitud cuándo un adolescente está consumiendo drogas no es tarea sencilla, esto es debido a que la propia pubertad ejerce una influencia notable en el cambio de personalidad, llegando a confundir los comportamientos que, a veces, son muy parecidos; aislamiento, cambios bruscos de humor, independencia, etc.

Hay que saber diferenciar, mediante la observación, cuándo nuestros hijos(as) están sufriendo los cambios hormonales inherentes a su edad y cuando el trastorno es debido al uso abusivo de sustancias tóxicas.

Hablamos de adicción cuando una persona consume productos o realiza una actividad con frecuencia y de manera compulsiva de la cual no tiene el control para pararla, afectando directa y negativamente a su salud, a su desarrollo personal, a sus relaciones con la familia o con sus amigos, a sus estudios, ocasionándole con el tiempo todo tipo de problemas en diferentes ámbitos de sus vidas…

No es extraño, de hecho es lo más habitual, que la combinación de los factores biológicos, psicológicos y sociales que implica el consumo de drogas hagan perder tarde o temprano el control sobre el uso de la sustancia y entre en la espiral que impide parar de consumirla, aunque él o ella este consciente del deterioro físico y emocional al que esto lo empuja.

Los signos más visibles en el joven adicto y, por lo tanto, a los que los padres y tutores debemos prestar especial atención se dividen en físicos y hábitos personales o de comportamiento.

Cambios físicos

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 Los elementos físicos que funcionan como señales claras de un comienzo a una adicción a las drogas son:

  • El comienzo de una clara pérdida de peso
  • Constante ojos enrojecidos
  •  Irritación nasal con moqueo
  • Ronquera
  • Tos crónica
  • Frecuentes dolores de pecho
  • Definitivamente, si inspeccionamos sus brazos y encontramos marcas de jeringuilla o lesiones de aspecto de grandes moratones, no nos quedará la más mínima duda.

Cambios de conducta

Son muchas las señales que aparecen en relación a los hábitos personales y los cambios en el comportamiento de alguien consumiendo drogas.

Debemos estar muy alerta para saber si está usando gotas oculares para ocultar su enrojecimiento de ojos, si sus horas de sueño cambian y si pasa de no tener hambre a estar hambriento en un mismo día, o pasar largas temporadas sin apenas comer. También es común que una persona que está comenzando a consumir drogas tenga una falta de higiene personal; cuando una persona comienza a tener una adicción y su objetivo principal es el consumo, muchas veces la limpieza personal es uno de los primeros factores que se van al olvido.

Socialmente se aíslan y pierden interés por los deportes o por las actividades sociales que antes les eran habituales, aparecen nuevos amigos e intereses, normalmente estas amistades aunque no lo veamos tienen relación con el consumo de drogas.

Puede ser que cambien la forma de vestir, y bajen el rendimiento académico y sufren alteraciones en la memoria. El interés y la curiosidad solo se centran en el objeto de consumo y aparecen los primeros informes negativos en la escuela, entre los que podrían incluirse reiteradas faltas a clase, falta de interés por los estudios, enfrentamientos con profesores u otros alumnos, suspensiones y expulsiones.

Aparecen cambios rápidos y espontáneos en su comportamiento, se realizan actividades de riesgo en las que con frecuencia se emplea la violencia, los estados de ánimo cambian constante y bruscamente, aparece la depresión y en ocasiones, sin encontrar un claro sentido a la motivación, entran en pánico, síntomas que aparecen en periodos de abstinencia o previos a la dosis. Es en estos momentos cuando también aparecen trastornos mentales, como las alucinaciones o los delirios.

Los problemas, discusiones y peleas con los familiares se convierten en algo bastante habitual, podrían llegar a desaparecer objetos de la casa y aparecer problemas legales.

¿A quién afecta?

En los últimos años el consumo de drogas ilegales entre los jóvenes ha aumentado.

Los datos muestran que prácticamente uno de cada cuatro jóvenes ha consumido alguna sustancia, sobre todo, marihuana y cocaína. No todas las personas que consumen acaban sufriendo un trastorno de adicción, pero es el comienzo.

El consumo de sustancias de este tipo puede derivar en un trastorno mental severo y permanente, comenzando por la ansiedad, continuando con la depresión y terminando con una psicosis.

También puede existir una adicción al alcohol o la cocaína, todo dependiendo del circulo social en el cual se desarrollen. Las señales de constante consumo de alcohol son: habla distorsionada, náuseas y los vómitos constantes, así como la pérdida de conciencia, mientras que en la fase de abstinencia son temblores, palidez, fiebre, piel fría, humedad o ansiedad.

Los adictos a la cocaína, por el contrario, suelen mostrar ansiedad, aumento de presión, dolor de pecho, inquietud o pupilas dilatadas en la fase de intoxicación, y en la fase de abstinencia se da la depresión, el aumento de apetito, cansancio, pereza, pesadillas o hasta un aumento en la agresividad hacia los demás.

El estar preparados y alerta ante cualquier consumo de drogas y detenerlo a tiempo es una tarea que tenemos como padres. Si quieres seguir informándote sobre estos asuntos y otros relacionados con el consumo de drogas, puedes visitar la web de Narconón México.

Si por el contrario tienes alguna urgencia y necesitas ayuda, puedes ponerte en contacto directo al teléfono.

AUTOR

Hazel

Secretario de Diseminación Narconon México

NARCONON MÉXICO

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS