Perder tu identidad
Las drogas dañan las relaciones. No hay duda de esto y de como las adicciones van haciendo una brecha entre la familia y el adicto. Pero ¿qué pasa con la relación con nosotros mismos?
El uso de drogas es una actividad que te consume todo. Algunos pueden decir que son adictos funcionanales porque van al trabajo, a la escuela, aparecen en eventos sociales, pero en realidad, se están estrellando. Cuanto más profundizamos en nuestra relación con las drogas, más nos hundimos. Cuando ya es mas importante drogarse que cualquier otra cosa, cuando esto se vuelve una prioridad superior a todas las demás y no nos preocupamos por los demás y ciertamente no nos preocupamos por nosotros empieza un problema mas grave.
Mariana - Graduada del programa Narconon
“La pérdida de la identidad puede ser una cosa difícil de tratar. Años de drogas nos desconectan. Aficiones, intereses, personalidad, ambiciones y sueños . Las únicas personas con las que nos identificamos son las que están en el mismo camino de nosotros. Es imposible estar en el presente cuando uno las está usando. Nuestro físico puede estar en un lugar, pero nuestra mente está en otro, completamente perdido.
Personalmente, perdí quién era. Durante años sólo estaba preocupado por adormecer el mundo y todas las malas sensaciones. Olvidé lo que me gustaba y no me gustaba. Dejé de preocuparme por las esperanzas y aspiraciones que tenía para mí y mi futuro. No sabía lo que quería o hacia dónde iba. Estaba cavando un agujero cada vez más profundo.
Conseguir rehabilitarnos nos hace volver a conectarnos con nosotros. Una vez que estuve sobrio, descubrí que ya no podía esconderme detrás de la máscara de mis adicciones. Mis pensamientos y acciones eran mi responsabilidad. Las drogas no podían ser usadas como excusa. Sinceramente, temía de quién era yo como persona. Había hecho muchas cosas que no eran motivo de orgullo. Sin drogas, me sentía vulnerable. Era hora de conseguir algo real y de reparar la relación más importante de todas; La que es contigo mismo.
Todo es un proceso. No podía esperar despertarme un día y de repente amar a la persona que yo era. Aprenderlo me tomó un tiempo definido y esfuerzo, y todavía es un trabajo en progreso. Ser sobrio te da la oportunidad de hacer esto y te das cuenta que nunca hubieras tenido que usar drogas. Sentirse de nuevo significa ser capaz de reconocer lo que me hace feliz y saber cómo me inclino a usar mi tiempo. Puedo distinguir lo que me molesta y lo que no. Soy consciente de lo que estoy haciendo, puedo dirigir mis acciones en una dirección que apoye a la persona en la que me estoy convirtiendo.
Nada bueno viene fácil, pero por más complicado que sea el camino es más gratificante el resultado. Encontrarse a sí mismo puede parecer tan cursi, pero es necesario. Tener un fuerte conjunto de valores y conocimiento de quién soy como persona me da más razón y unidad para ser un ser humano sobrio, exitoso y ético. Las relaciones en sobriedad son vitales y todo comienza con el más cercano a casa; Nosotros mismos”.
Mariana - Graduada del programa Narconon
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