Retomando el Control de mi Vida

People on a dock
(Foto de Paul Bradbury/iStockPhoto.com)
 

Cuando comencé mis estudios de preparatoria era más joven que mis compañeros. Tenía el sueño de ser chef y así combinaba mis estudios. Entré con toda la ilusión y tenía muchas metas por cumplir en el mundo culinario.

Siempre me gustó socializar con mis compañeros y, por primera vez en mi vida, me sentí un poco en desventaja. Además de la edad, mis nuevos amigos tenían lujos y estilos de vida que mis papás no me podían proporcionar. Ellos con amor hacían mucho esfuerzo para pagar los estudios en la escuela que quería.

Al poco tiempo comenzaron a invitarme a ese nuevo círculo y, un buen día, uno de ellos quiso fumar marihuana y nadie traía. Sin embargo, otro de mis compañeros escondía un poco de cocaína, la que compartió con todos. Yo me asusté y no quise probarla. No obstante, me sentí presionado por la situación y por querer pertenecer a ese grupo, accedí.

Ese instante fue el momento en que abrí la puerta al mundo de las adicciones a las drogas y al alcohol, a pesar de que en aquella ocasión no sentí nada, pero me atrapó la identificación, camaradería y aceptación que sentí con mis nuevos amigos.

Comencé a recibir invitaciones para otro tipo de fiestas y comencé a expandir mi círculo de amigos. Me gustaba comprar droga para compartir. Sin embargo llegó un momento en que ya no era suficiente la cantidad que portaba porque mi consumo comenzó a ser mayor. Fue cuando decidí comercializarla a pequeña escala.

Comencé a tener muchos problemas con mi familia porque mi comportamiento había cambiado y me había vuelto violento. Me mandaron al psicólogo y al psiquiatra quien me recetó fármacos para estar más tranquilo, y yo los usé en combinación con el alcohol y la cocaína para producir un mayor efecto. No tomaba responsabilidad de mis actos porque me victimizaba culpando a mis padres de toda mi desgracia. Había abandonado mis estudios y creía sentirme contento porque contaba con ingreso que no imaginaba obtener de manera muy fácil, sin considerar que me estaba dañando y afectando a quienes les vendía.

Finalmente mi familia se desintegró y me quedé viviendo solo. En ese momento comenzó mi ruina y mi espiral descendente que duró siete años. Mi casa se convirtió en el punto de reunión de venta y consumo, me empecé a rodear de gente sin propósito ni sentido, como las bailarinas exóticas de los lugares donde distribuía, otros dealers sin valores e incluso llegué a tomar con el conocido escuadrón de la muerte (borrachos de la calle).

Poco a poco me fui apagando y las deudas me fueron consumiendo. No existe ingreso que resista el tren de vida de un adicto. Cuando todos se iban de casa, entraba en una soledad profunda que sólo era soportable con más y más substancias. Vivía en las tinieblas porque no soportaba la luz del día y hasta decidí tapar las ventanas. Mi mundo se iba acabando, pedía ayuda a gritos y no sabía de qué manera hacerlo, estaba atrapado en la cárcel del alcohol, de la cocaína, del cristal, de la piedra y de los fármacos.

Una noche comencé a sentirme muy mal, el corazón me palpitaba a muy rápido y de pronto me desvanecí. En cuanto pude incorporarme me fui a dormir a mi cama. A la mañana siguiente vi a gente desconocida dormida en el suelo de la sala. Fue el instante en que ya no pude más y decidí llamar a mi familia para pedir ayuda.

Mi hermana se había desconectado completamente de mi por mi comportamiento, ella me tenía miedo. Mis papás pensaban que sólo tenía problemas con el alcohol, pero jamás quisieron ver la realidad de lo que pasaba, a pesar de que me llegaron a encontrar droga en mi cuarto. Querían creer mi cuento de que era de un amigo.

“Finalmente, cuando tomé el teléfono y marqué el número de mi hermana, ella atendió a mi grito desesperado pidiendo ayuda”...

Finalmente, cuando tomé el teléfono y marqué el número de mi hermana, ella atendió a mi grito desesperado pidiendo ayuda. Tuve que confesarle todo lo que sucedía y todo lo que consumía. Me sorprendió la forma en que ellos reaccionaron, no me juzgaron y sólo se dedicaron a buscar el lugar adecuado para mi rehabilitación.

Encontraron Narconon México y un miembro del personal acudió a mi casa para hacer una intervención. Dudé mucho en aceptar irme porque pensé que iba a encontrar un lugar donde el maltrato y supresión reinarían. Además pensé que podía seguir controlando mi consumo. Afortunadamente accedí a ir y mi sorpresa fue más grande al encontrarme con un lugar muy lindo, lleno de gente muy cálida, que no hacen más que ayudarte haciéndote sentir como en casa.

Al comenzar el Programa, no comprendía muy bien cómo es que iba a funcionar. Todo parecía basado en tanto sentido común que pensé que era un chiste. Sin embargo, conforme fui avanzando, me di cuenta de que la dificultad radicaba en confrontarte a ti mismo, en conocerte y saber hacia dónde te diriges, es decir, en tomar responsabilidad y dejar a un lado el traje de víctima que me había cobijado por años y no me había ayudado a crecer.

Al final del sauna me di cuenta de que mi cuerpo estaba limpio. Noté el cambio en la piel, en el cabello. Me veía realmente rejuvenecido y mi familia notó el cambio. Mis sentidos se agudizaron, jamás había visto tanta nitidez en los colores ni en los sonidos de la naturaleza.

No sólo fue notorio el cambio en el cuerpo, sino que también cambiaron mis pensamientos y mi forma de sentir. Comencé a tener más empatía, a colaborar y me di cuenta de la razón por la cual había empezado en la espiral descendente del mundo de las adicciones. Todo esto gracias al siguiente paso después del sauna que son una serie de cursos llamados Procesos Objetivos que me ayudaron a estar en tiempo presente para comenzar a dibujar mi futuro.

Al finalizar tracé nuevamente mis sueños y tomé responsabilidad por las acciones cometidas durante los años de consumo.

Familia
(Foto de Paul Bradbury/iStockPhoto.com)
 

Comencé llamando a la chica que me había gustado en la secundaria, ella aceptó una salida y así ya llevamos 7 años juntos. Formamos un lindo hogar a lado de nuestra hermosa hija. También decidí retomar mis estudios y comencé una carrera universitaria como Ingeniero Civil. Hoy soy empresario en el ramo de la construcción y me llena de satisfacción que muchas personas quienes colaboran conmigo, lleven el sustento a sus casas.

Nunca había tenido una relación tan cercana y armoniosa con mis padres y con mi hermana. Ya es tradición que cada domingo yo les preparo la comida y pasamos la tarde de manera muy agradable.

Gracias a Narconon México volví a tomar el control de mi vida y, aún más, superé las expectativas que yo mismo me había planteado décadas atrás. Sólo es necesario persistir y nunca desistir a pesar de todos los factores que te inviten a fracasar.

José, Graduado de Narconon México

AUTOR
PG

Paola Garabito

A lo largo de 20 años me he desempeñado profesionalmente en cargos Directivos, Gerenciales y Ejecutivos en el sector gubernamental y en la iniciativa privada, en instituciones como el Senado de la República, AstraZeneca e Instituto Mexicano del Seguro Social. Cuento con experiencia a nivel Senior en el ámbito de la consultoría destacando proyectos en materia de Salud, Desarrollo Social, Energía, así como TI y comercio electrónico. Con la Sociedad Civil Organizada he fungido como eje vinculante para la consolidación de alianzas con diversas asociaciones de pacientes, de investigación, en materia de educación y asistencia pública. En el ámbito académico imparto las asignaturas de Análisis del Sistema Político, Políticas Públicas y Teoría Política en la Universidad Anáhuac. Asimismo, formo parte del claustro para la acreditación de exámenes de grado de titulación de Licenciatura en Administración Pública y Gobierno. Mi desarrollo profesional se orienta en la elaboración y negociación de instrumentos legislativos, desarrollo de foros de alto impacto para la sensibilización de los tomadores de decisión, diseño y ejecución de estrategias para el relacionamiento gubernamental, así como diseño y ejecución de estrategias para el posicionamiento de la compañía o institución. Cuento con el grado de Maestría en Políticas Públicas y soy Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública, ambos estudios por la Universidad Iberoamericana.

NARCONON MÉXICO

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS