“Todo esta bien”
Mamá: ¿Cómo fue el trabajo?
Miguel: Muy bien, tuve que trabajar un poco tarde, pero Ernesto vino y me recogió después para pasar el rato.
Mamá: Eso es bueno, ¿qué hicieron ustedes?
Miguel: Fuimos al boliche, luego lo llamaron del trabajo, pero me dejo a unas cuadras de la casa en la calle. ¿Puedes recogerme?
Mamá: claro, voy para alla.
Arriba está el tipo de conversación que tendría con mi Madre cuando estuve usando drogas. Todo parecía relativamente normal y para ella, parecía como si estuviera bien. Lo que realmente sucedió es otra cosa …
En realidad, fui a trabajar temprano ese día, no porque fuera un empleado modelo, sino porque necesitaba tiempo para ir a la tienda para comprar alcohol. Allí bebo cuatro botellas pequeñas de vodka, después sigo con un Redbull, una caja de cigarros y goma de mascar simultáneamente para encubrir el olor del alcohol. Cuando llegué al trabajo, no estaba borracho, pero al menos podía sentirme “normal” durante unas 2 horas antes de que empezara a comenzar la abstinencia y toda la ansiedad a falta de la cocaína que normalmente consumía.
Con las manos sudadas, le escribía insistentemente a mi dealer hasta que finalmente respondía. Después de lo que se sentía como una eternidad, mi dealer respondía ’esta bien voy para allá’. En ese momento mi ansiedad se calmaba un poco debido a que lo que desesperadamente necesitaba venia en camino. Necesitaba una excusa para salir del trabajo normalmente decía que tenia malestar estomacal (lo que me servia como pretexto para estar ausente de mi cubículo por un buen rato y si regresaba con ojos llorosos podría ser debido a que sentía nauseas y ganas de vomitar debido al malestar del estomago). Si mi dealer estaba de buen humor y no tenia nada mejor que hacer las llevaba hasta donde yo estuviera (por un costo extra claro) sino yo tenia que ir hasta su casa, salirme del trabajo con la excusa del dolor de estomago, llego a su casa y juego vídeo juegos con su hijo mientras espero que el regrese. El regresa y me da mi dosis necesaria para sentirme ’estable’, en ese momento decido irme de ahí y noto que no tengo suficiente dinero para tomar un taxi a casa así que camino unas 10 cuadras en un barrio peligroso para poder tomar el autobús. Finalmente llegue a una zona cercana a mi casa y decido marcarle a mi madre para que pase por mi.
Mi madre llega por mi y yo siento mi adicción a la cocaína bajo control mientras viajo en el carro con ella, tengo una gran conversación con mi mamá sobre cómo iba el trabajo. Incluso hablo de Ernesto, el “amigo con el que fui al boliche” comentándole de lo bien que le esta yendo. Después de un largo día de mentir y manipular, inhalo el resto de cocaína que quedaba de la que había comprado hace unas horas diciéndome que no soy tan malo y “todo esta bien”.
He jugado esta rutina durante demasiado tiempo y como mi adicción empeoró, también lo hicieron las mentiras y la manipulación. Mientras vivía con ese estilo de vida, manipulé a la gente que me importaba. No fue hasta que estuve sobrio que me di cuenta de que la mayor víctima de mi manipulación era yo mismo. Siempre hacía excusas y me mentía a mí mismo, así que nunca miraba lo mal que mi comportamiento realmente era.
Esta auto-manipulación es un comportamiento normal para alguien que está usando drogas, pero hay esperanza por ahí. Si estás cansado de mentirte a ti mismo sobre lo malo que son las cosas, hazte un favor y echa un vistazo a Narconon. Además, si conoce a alguien que está diciendo constantemente que las cosas están bien, pero sabes que algo no se siente bien, llame a uno de nuestros consejeros de admisión para obtener más información.
